
Hoy fue el funeral de Nico Boetsch, y fue una experiencia increíble. Emotivo, triste y doloroso como cualquier funeral, pero por otro lado con una energía y un optimismo impactante. Un fiel reflejo de lo que fue el Nico.
Lo conocí el año 2000, cuando junto a Felipe Gonzalez y Juan Pablo Gardeweg empezamos a entrenar para el Desafío de los Volcanes. Recuerdo que nuestro primer entrenamiento fue una salida de noche, al cerro Manquehue y los alrededores. Antes de subir pasamos a buscar a Nico, a Guayo Dominguez y a otros más que se unían a nosotros. Y desde ese primer entrenamiento, quedé impactado con Nico. Su energía, su entusiasmo, su fuerza y por otra parte la increíble capacidad física para hacer deportes. Era un "monstruo".
Luego vino el Desafío de los Volcanes, en dónde conocí un poco más a Nico, y lo vi compartiendo con el Pelao Alessandri, con Jorge Palma, y otros competidores y personas de su talla. Impresionante. Realmente irradiaba una energía conatgiosa, y a su vez su entusiasmo y seguridad lo hacían convertirse en líder natural. Y por lo mismo era fácil seguirlo, y a su vez un honor.
Recuerdo que al regreso de la carrera el Nico y la Vivi nos invitaron a todos a su casa de Colina, y que hicimos un asado tremendo, con todos los que habíamos competido. Y se percibía el ambiente de su hogar, de su familia.
Seguí mucho al Nico a través de la prensa, desde los inicios de Bazuca. Recuerdo también haber ido junto a el y Santiago, más un equipo de Bazuca, a subir el Leonera. No llegamos a la cumbre porque nos tocó una tormenta, pero compartimos un paseo a la montaña, una ocasión que siempre regala lo mejor de cada uno.
Luego cuando se cambió a Latitud 90, para seguir un tema que le apasionaba. Esa fuerza y decisión eran impresionantes, y por lo mismo lo llegué a admirar ampliamente, a pesar de compartir pocas veces con el directamente.
Recuerdo que la última vez que hablé con el fue en la oficina de Latitud 90, porque yo estaba tratando de iniciar un proyecto propio y necesitaba consejos. Sabiendo el espíritu emprendedor del Nico, era la mejor opción para conversar. Recuerdo que era temporada alta, por lo que me dijo que estaba lleno de pega. Aún así, finalmente se hizo una hora para conversar. Y de esa hora recuerdo varias cosas que me quedaron para siempre en la mente:
- Tu señora y familia son tu primer socio. Consulta todo con ellos y muévanse siempre como un equipo. Eso es lo fundamental.
- Enfréntate a todos con la verdad y de manera honesta. No escondas nada y déjale a todos muy claro cuál es tu manera de trabajar
- No a todos les sale fácil el estudio (así lo reconocía el para si mismo), pero la fuerza, la garra y el entusiasmo ayudan a cumplir las metas propuestas
Y por sobre todo, me motivó a hacer las cosas, a moverme y a seguir adelante.
Hoy en el funeral escuché las palabras de todos, y creo que en general todos concordamos. Nico era una persona de una fuerza increíble, de un amor contagioso por la vida, un amigo excepcional, que te hacía sentir cómodo y escuchado al hablar con el (aunque fuera como en mi caso que lo vi tan pocas veces en mi vida), y un verdadero líder. Por lo mismo no tengo problema en reconocer que el Nico era un heroe para mi...y los que me conocen saben cuántas veces lo he citado para un sinfín de cosas. Solo espero que todo lo que he pensado desde el Domingo hasta hoy, y todo lo que me inspiró su despedida, rinda sus frutos. Estoy seguro que muchos de los que estuvimos hoy en el funeral queremos seguirlo en distintos aspectos de su vida.
Si todos cumplimos, estoy seguro que mañana será un mejor día para Chile.
Adiós Nico. Descansa en Paz.